miércoles, enero 05, 2011

Morir de nuevo

Acabo de despertar y soñe que moría otra vez.

No había luz, no había un tunel, no había nada si no metal chirreante chocando contra cercas de maya de alambre de asbesto. El crujir de los árboles callendose y partiendose al pasar el avión en el que iba, sobre ellos, callendo en la ciudad. Podía ver desde mis perspectiva como si el suelo del avión fuera transparente como se iba destrozando todo, pasando por autos y gente dejando una estela de destrucción a nuestro paso turbulento. Había dos personas ahí, féminas, que no alcanzo a reconocer. Una de cada lado y los tres parados y sostenidos mirando hacia el mismo punto inmóviles sin poder hacer nada. Sonido de gritos ahogados, de pasajeros produciendo sonidos de exalto, llantos, resos, todo mezclado.

Black out.

Me arrastraba y de cierta forma sabía que mi cara estaba desfigurada... no podía pararme, no podía sentir mis piernas, pero me seguia arrastrando para salir de un apenas perceptible fuselaje metálico... llovía.

Llegaba a un lugar casi vacío, una infraestructura nueva, recien construida pero abandonada. Sin mirar atrás sabía que había destrucción a lo lejos, fuego sobreponiendose a la fuerza de una lluvia falta de intensidad para apagar las llamas. Sentía como el agua ayudaba a resbalar en mi arrastrada trayectoria hacia los edificios. Al llegar a uno habían puertas, puertas pequeñas no más grandes que mi cabeza, al nivel del suelo, de donde me encontraba. Metí la cabeza a una...

... Una caja. Al sacar mi cabeza de una caja era parte de un espectáculo de un circo. Alguien había ahí, igual fémina. Sin reconocer aún quien era esa persona pude notar que era una de las dos precencias que me acompañabann en la caída del avión.

Notaba que era una especie de circo pero esa persona me empujaba. Algo había pasado y yo no me había dado cuenta. Había caos. Mucho movimiento, gente... a lo lejos pude notar fuego. Eramos empujados. Había una necesidad clara de salir de ahí. El ruido y el caos aumentaban.

Black out

De alguna manera sabía que para salir de ahí solo había una manera. Poco a poco y exponencialmente me voy dando cuenta que se repite. Que estoy parado sosteniendo un asiento delante mio. Que el movimiento y la turbulencia y el caos y el ruido y los gritos ahogados y los resos de las personas y el crujir de la madera y el metal siendo razgado aparecen en escena súbitamente. Y una de cada lado, siento nuevamente la precencia de dos mujeres que no he podido identificar y que se sujetan igual que yo, inmóviles y en silencio mirando como sucede todo otra vez.

Black out.

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